3 rincones de Chile por los que vale la pena desviarse

3 rincones de Chile

Sí, viajero extranjero: hay Chile más allá del desierto de Atacama, la Patagonia y Santiago.

Pero también es cierto que los 4.300 kilómetros de longitud del país imponen al turista desplazamientos muy largos. Y el tiempo no es infinito para nadie.

Entonces, ¿cómo llevar tu experiencia en Chile un poco más allá de sus típicas y tópicas maravillas sin invertir mucho más tiempo? Pues aprovechando estos tres lugares que no te supondrán un desvío pero que le ofrecerán un plus a tu viaje.

1. Las termas del Plomo: la paz andina a dos horas de Santiago

Apenas a 50 kilómetros de Santiago, los Andes se vuelven amenazantes en el valle del Cajón del Maipo. Y al final del camino que se encarama por una de sus vertientes se encuentran las termas del Plomo. Se trata de unas pozas naturales situadas a 2.900 metros de altura, en plena cordillera, en las que bañarse en aguas cristalinas y humeantes sin divisar rastro de la civilización alguno –más allá de los 30 bañistas con quien coincides allí–.

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De camino a las termas del Plomo ves colores increíbles: del pardo de las planuras yermas a los rojizos y amarillos de las montañas peladas, pasando por el turquesa increíble del embalse del Yeso, que hay que circundar antes de llegar. Todo para experimentar la grandeza y el silencio andinos a dos horas de la gran ciudad.

2. La Quebrada del Diablo: en bici a Marte

Para las almas exploradoras que escapan a lo urbano, el desierto de Atacama es un lugar idóneo. Y dentro de todas las opciones que ofrece, hay un lugar que suele pasar desapercibido: la Quebrada del Diablo. Se trata de un cañón fácilmente accesible en bicicleta que parte de las afueras de San Pedro de Atacama, el centro neurálgico para quienes visitan el desierto.

Te costará lo que alquilar una bicicleta en el pueblo –unos 5 euros–, y en un trayecto de apenas dos horas pedalearás por encima de ríos, te adentrarás en pasadizos esculpidos por el tiempo en la piedra rojiza y te deslizarás por llanuras casi extraterrestres mientras el viento desértico te roza la cara. Decídete a hacerlo, pero nunca en tu primer día en el desierto: recuerda que el cuerpo necesita aclimatarse a los 2.400 metros de altitud de San Pedro.

3. Punta Arenas: el fin urbano de Chile

Punta Arenas, Chile
¿A que tiene un aire a Reykjavik? Más allá del estrecho de Magallanes, se ve la Tierra del Fuego. Foto de Sergio García i Rodríguez

Hasta la otra punta de Chile llegan quienes quieren ver las impactantes Torres del Paine y los glaciares patagónicos. Todos pasarán por el aeropuerto de Punta Arenas, pero apenas algunos se desviarán hasta el centro de la capital regional más austral de Chile. Y lo cierto es que la única ciudad del país en la que ver la nieve y el mar a la vez vale una buena visita.

Punta Arenas siempre fue un cruce de caminos: el de tribus indígenas como los selk’nam o los yaganes; el de Magallanes, que hace 500 años navegó para probar que América tenía un extremo Sur; y el de los marinos ingleses y colonos suizos, alemanes, croatas y de otros puntos de Chile que creyeron que donde termina el mapa habría una mejor vida. Hoy sus descendientes conforman esta ciudad que huele a fin del mundo, y museos como el Regional o el del Recuerdo dan fe de el pasado de la ciudad.

Gracias a él, Punta Arenas tiene una mezcla de arquitectura interesante y un toque singularmente cosmopolita, además de uno de los cementerios más bonitos del mundo. Y –dato gastronómico– cuenta con el mejor bar de comida rápida (o ‘picada’) del país, el Kiosko Roca, donde podrás probar la especialidad de la casa: un choripán acompañado de un batido de plátano. Necesitas probarlo, ¿verdad?


¿Qué te ha parecido esta selección?

¿Conoces algún otro lugar que merezca un desvío en Chile?

¡Deja un comentario y le echaremos un vistazo!

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Publicado por Sergio García i Rodríguez

Me llamo Sergio García Rodríguez y nací en 1990 en Canovelles, Barcelona. Soy un explorador compulsivo al que le encanta perderse investigando, leyendo y —sobre todo— escribiendo sobre (re)descubrimientos viajeros, la ‘cara B’ del mundo y sus curiosidades. Y para contagiar todo ese ímpetu eché a andar este blog, en 2019.

6 comentarios sobre “3 rincones de Chile por los que vale la pena desviarse

  1. Me ha encantado el post. En el palacio de Sara Braun, actual hotel José Nogueira (última foto), estuve alojada un par de noches. Fue muy especial dormir en el palacete de los antiguos colonos junto a la Plaza de Armas de Punta Arenas. ¡Enhorabuena y mucho ánimo con este blog tan…singular 😉)

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    1. Uau, ¡muchas gracias por el mensaje! Y me alegro que te haya gustado ☺️ Qué interesante ese edificio, debe de ser impresionante por dentro, imagino, ¿no? Yo no llegué a entrar, pero la verdad es que de Punta Arenas me sorprendió mucho (además de todo en sí) la arquitectura notablemente refinada de su centro, tan diferente a la del resto de capitales de Chile. Ay, qué país tan fascinante, y qué ganas de volver. ¡Y de tener más tiempo de escribir sobre él! ¡Muchas gracias por los ánimos e igualmente, compañera de la blogosfera! 🌞

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